jueves, 9 de octubre de 2014

La acumulación por desposesión



Este tipo de acumulación no es nueva, ya encontramos uno de los ejemplos más claros en la Inglaterra de los S.XVIII y XIX con las “enclosures”, cercamientos de las tierras comunales que acabaron en manos de grandes terratenientes y supusieron la desposesión absoluta del único medio de vida de los campesinos, que tuvieron que marchar a las ciudades a trabajar en las nuevas industrias por salarios de miseria. 

En el presente, podemos observar la desposesión que sufren los pueblos de África y América a manos de sus oligarquías terratenientes en connivencia con las grandes multinacionales y los países occidentales. 

Pueblos que son riquísimos en recursos naturales viven en la extrema pobreza y sufren una continúa violencia. Pueblos que mueren de hambre – 36 millones de personas son asesinadas por inanición al año – ven como 500.000 km2 de tierras aptas para la agricultura son vendidas a naciones  o empresas extranjeras o, como cientos de miles de toneladas de peces del lago Victoria  se exportan a los países ricos, mientras en las mismas orillas de ese lago mueren cientos de miles de seres humanos despojados de todo.

La privatización – desposesión – del patrimonio público o común para entregárselo a una minoría a precio de saldo que se enriquece. 

Estas privatizaciones nunca favorecen a la mayoría sino que repercuten, siempre, en la oligarquía terrateniente y capitalista que se encuentra ya en la cima de la pirámide. 
Durante los últimos cuarenta años estas privatizaciones se están llevando a cabo mediante el fenómeno de la puerta giratoria o “revolving door” .

Las privatizaciones de lo común no hubieran sido imposibles de realizar sin antes no haber alcanzado la hegemonía ideológica. 
Sin antes no haber impuesto la forma de pensamiento y de vida. 
Sin antes no haber inoculado el virus del egoísmo, el individualismo, el desprecio y la desvalorización de los bienes comunes, el desprestigio de lo público, la destrucción del movimiento obrero, la desunión entre los trabajadores, etc. 

Esto se logró a base de ingentes cantidades de dinero y propaganda, se tomaron al asalto las universidades, se puso en marcha una avasalladora maquinaria de propaganda que desde todos los medios de comunicación anunciaban el único camino posible: la privatización de todo lo público. 

Lo público era ineficiente, corrupto e ineficaz “per se”, no porque los grandes monopolios y fortunas pusieran sus peones a controlarlo en contra del interés general . 

El objetivo es crear escasez, crear necesidad y vender esa escasez al mejor postor. Al que pueda pagársela. 

No es una ley natural, es una construcción humana. 

Se crea escasez privatizando la creación del dinero, el agua, la energía, la tierra, el conocimiento, las telecomunicaciones, los transportes, etc. 

Pero, al mismo tiempo, también, se tiende hacia un empobrecimiento generalizado de la sociedad. Con esas políticas económicas no se crea riqueza, pero sí se crean ricos.

España se encuentra dentro del gran tablero mundial donde se juega el neoliberalismo. Bien es cierto, que es meramente un peón. La entrada en la Unión Europea y el cumplimiento de las condiciones exigidas, obligó a abrazar el dogma neoliberal, no sin gran alegría y alborozo. 

Las empresas públicas se empezaron a privatizar en pos de la competitividad, productividad, eficiencia, eficacia, racionalidad, modernización y, un amplio etcétera de parabienes. 
Era necesario entregar las empresas públicas – lo próximo serían  los servicios públicos y las pensiones – a la mayor profesionalidad de la iniciativa privada. 

La realidad fue bien distinta. Las empresas públicas fueron privatizadas en beneficio de los grupos de poder y sus esbirros, léase, políticos o tecnócratas. Las desigualdades de por sí amplias se dispararon nuevamente.

En nuestro país, los caballos de Troya infiltrados en la administración pública, yendo contra el interés de sus ciudadanoshan conseguido descapitalizar el Estado español hasta límites insospechados. 

Han vendido el patrimonio público a precio de saldo a las mismas personas que les sostienen entre bambalinas. Su actuación está marcada por eltráfico de influencias, la prevaricación, el conflicto de intereses, el soborno, el engaño, la deshonestidad, ilegalidades e inmoralidades sinfín.
Pero, para hacer esto, no han estado solos. Han contado con el apoyo de los grandes medios de comunicación, muchos profesores universitarios y pseudoexpertos deshonestos. 

Antes, han debido crear el marco conceptual – valiéndose de las grandes sumas de dinero que habían puesto a su disposición sus señores – para perpetrar el saqueo de las arcas públicas. 

No han tenido ni tienen la más mínima vergüenza, pizca de honradez u honestidad. Ni buen gobierno ni conflicto de intereses. Unas acciones que nos han llevado a la quiebra como país.

La privatización – desposesión – del patrimonio público o común para entregárselo a una minoría a precio de saldo que se enriquece.

Estas privatizaciones nunca favorecen a la mayoría sino que repercuten, siempre, en la oligarquía terrateniente y capitalista que se encuentra ya en la cima de la pirámide. 
Durante los últimos cuarenta años estas privatizaciones se están llevando a cabo mediante el fenómeno de la puerta giratoria o “revolving door” .

Este fenómeno se encuadra dentro de un movimiento más amplio conocido como revolución conservadora – el neoliberalismo – y la globalización que no deja de ser la pretendida moderna denominación de la desposesión y el colonialismo a gran escala.


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