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miércoles, 17 de diciembre de 2014

Lo común

Millones de años de vida en la tierra suministraron a los humanos los conocimientos suficientes y necesarios para sobrevivir, sobrevivir es ser capaz de vivir plenamente una especie cualquiera en un medio determinado.

El medio donde se despliega la vida lo pone la tierra, el universo; las habilidades físicas y mentales, los conocimientos necesarios para desarrollar las habilidades físicas  como las sociales para poder  sortear  con éxito las complicaciones que las relaciones implican, las transmite la especie, y la memoria necesaria para comprender los logros y los errores.

Todo lo dicho y más que no sé y más que no se puede traducir en palabras,  casi un todo, es lo común. Lo común, el medio indispensable para la supervivencia, está siendo privatizado desde que se inició la civilización,  es decir robado al uso y disfrute responsable, (los bienes comunales siempre se usan con responsabilidad pues el expolio es su destrucción)  de la comunidad


Primero algún grupo, dicen antropólogos que neurópata, se colocó por el engaño y la fuerza sobre los demás, empezó a vivir de los demás y a controlarlos, con el invento de la propiedad privada usurparon también el medio. El asalto les ha ocupado miles de años y estamos asistiendo al último acto de apropiación: la desaparición total de los bienes comunales, pues lo que no es conveniente para el poder se borra y se obvia hasta que desaparece de nuestra visión.


El aprovechamiento del bosque era comunal, aportando a los habitantes del entorno: leña, madera, alimento y cama para el ganado, tintes, lámparas, medicinas, etc.
La pérdida de los bienes comunales, (englobaremos aquí toda la tierra, el aire, la atmósfera, y todo lo que está o vive en la tierra, con el poder absoluto para expoliar, modificar o destruir), y la privatización o  patentización de todos los aspectos de la vida, es ya un hecho. Es evidente que nunca es todo, que el mundo de relaciones comunales está en la misma base del capitalismo y de cualquier actividad humana y el hacer comunal es imprescindible para el capitalismo y no tiene capacidad de integrarlo en el mercado (la reproducción, el cuidado, el trabajo fantasma).

Si nos centramos en la especie humana, ha sido despojada ya de su medio donde desenvolver su vida, no es ya un bien comunal, es privado, se les ha impedido por tanto proporcionarse el sustento por sí misma, construirse un techo, procrear y criar a sus cachorros transmitiéndoles  conocimientos y herramientas imprescindibles para su propia supervivencia. Como consecuencia de esa usurpación es una especie sometida, privada de la libertad de desenvolver la vida y obligada a la esclavitud del trabajo.

Parece ser que en nuestros cerebros permanecen aún, a pesar de la larga y exhaustiva domesticación, los conocimientos necesarios para la supervivencia que han permitido nuestra vida, pues son depósitos que se producen muy lentamente y no se modifican caprichosamente. Ahora son precisamente esos saberes e intuiciones de lo justo y necesario los que entorpecen nuestra adaptación al medio capitalista, que al ser contrario a nuestra felicidad y supervivencia, es detectado como una agresión, pero como ya hemos adquirido referencias caracterológicas que nos hacen rechazar esas percepciones, lo racionalizamos aplicándonos los diagnósticos que publicitan a cerca de nuestro individual ser erróneo y lo asumimos como “defectos personales a superar” , cuando en realidad es una señal de alerta máxima ante un peligro real de supervivencia.

Cada comunidad destruida o impedida es un robo del común necesario para la existencia de la especie. La persecución y la desmembración de las comunidades humanas es objetivo principal de los poderes dominantes de todas las épocas, porque es condición necesaria para conseguir sometimiento temeroso y resignado de cada uno y de cada una de nosotros, desmadrado, a,  ya y  por eso débiles. Cada niña arrancada de la teta y desmadrada en instituciones, será una hembra confusa e incapaz de criar y defender sus crías y mucho menos enseñarles la supervivencia autónoma; cada niño arrancado de la teta y desmadrado en instituciones, será un macho confundido, incapaz de tener la seguridad básica para defender y proveer la vida y a desenvolverse en ella.

Cada nueva patente, cada compra es un nuevo robo, cada plan en marcha, cada operación en desarrollo una expoliación del común. Y la vida se va borrando de nuestro día cada vez más y solo percibimos estereotipos convertidos en mercancía.

Cada rastro de vida recuperada, cada hacer fuera del sistema, cada resistencia a someterse es mantener viva la llama de la vida esperando tiempos mejores.


miércoles, 10 de diciembre de 2014

Lo vernáculo

Lo vernáculo puede definirse como aquello que no pasa por las manos de los profesionales sino que está controlado de manera autónoma por cada comunidad. El mercado -el sitio en donde los profesionales crean bienes y servicios escasos- nada tiene que ver con lo vernáculo.
Lo vernáculo es una forma de vivir, es la manera particular de preparar la comida, de adquirir la lengua, la forma de diversión, de parir, de vestir; es lo característico de una comunidad específica.

Pese a lo importante que lo vernáculo es para cualquier comunidad, la era industrial, y en especial la era del desarrollo se han encargado de desplazarlo. Es decir, con la era industrial toma importancia un fenómeno homogeneizador que atenta contra lo vernáculo. Las comunidades vernáculas no tienen cabida en un mundo globalizado y homogéneo, el cual es regido por supuestos económicos entre los que sobresale como el más importante el de la escasez.
Las comunidades tradicionales o vernáculas, pese al hostil ataque del mundo moderno y todas sus implicaciones -ataques disfrazados como promesas de bienestar, desarrollo, modernización, educación, etc.- aún subsisten en la mayoría de los países del Sur.

 Los profesionales consideran lo vernáculo como síntoma de atraso, no productivo, folklore, y por tanto; las comunidades vernáculas son vistas como comunidades subdesarrolladas y atrasadas, las cuales dadas sus condiciones deben ser ayudadas para desarrollarse. 

El paso radical de la lengua vernácula a la lengua enseñada anuncia el paso del pecho al biberón, de la subsistencia a la asistencia, de la producción para el gasto a la producción para el mercado... Antes, no había manera de salvarse fuera de la Iglesia; ahora, no habrá ni lectura ni escritura -ni tampoco, si es posible, habla- fuera de la esfera de la educación.

La redefinición del proceso de adquisición del saber, en términos de escolarización, no sólo ha justificado a la escuela, al darle apariencia de necesidad, sino que una vez que se acepta ser definido por una administración, según su grado de conocimientos, se acepta después, sin dudar, que los burócratas determinen sus necesidades de salud, que los tecnócratas definan su falta de movilidad... Una vez moldeado en la mentalidad de consumidor-usuario, ya no puede ver la perversión de los medios convertidos en fines, inherentes a la estructura misma de la producción industrial tanto de lo necesario como de lo suntuario.
En realidad, la industrialización de las necesidades reduce toda satisfacción a un acto de verificación operacional, sustituye la alegría de vivir por el placer de aplicar una medida.


miércoles, 30 de abril de 2014

El economista Renegado

En este corto pero contundente video, Michael Hudson explica las bases de la inparable crisis económica global, denunciando el modelo cleptocrático que se ha impuesto en el orden mundial. Hudson habla con ejemplos prácticos del alto conocimiento económico de la antiguedad utilizado para mantener las instituciones y el sistema monetario en funcionamiento. Evidentemente en la antiguedad, no era un misterio que el sistema monetario es inflacionario por naturaleza y para beneficio de quienes obtienen ganancias en las crisis.



sábado, 19 de abril de 2014

La creación de una nueva civilización, Alvin Toffler

Este cambio que está sufriendo la sociedad, este renacer de una nueva civilización, dado por constantes conflictos, será capaz de destruir la especie humana, olas de cambio como la primera, que abrió paso a la agricultura, y la segunda que trajo la era industrial, se llevaron consigo a grandes civilizaciones, pero como nos lo plantea la “premisa revolucionaria”, la especie no se destruirá, no por completo, por lo menos. Esta generación tiene la importancia significativa, es la luchadora de una segunda ola y la innovadora de una nueva tercera ola, tan solo los preparados podrán quitar provecho a un futuro que puede ser predecido por ellos, tal y como lo hicieron en la Europa del siglo XIX, pero esta imagen del futuro pudiera ser borrosa por causa del choque de dos olas gigantescas que no predominan claramente, tal como sucede en Estados Unidos, quien actualmente esta submerso en una desconfianza y falta de acción por parte de su pueblo, conflictos políticos y sociales que abruman a un país, así como pasa en otros países del mundo, pero dichos conflictos no son más que etapas de un desarrollo que nos conduce a la modernidad, a un mundo dividido, no en dos, sino en tres civilizaciones totalmente distintas, una de azada, la segunda de cadenas de montaje y la nueva simbolizada por el ordenador. 

La civilización que se adapte más rápido al cambio, será sin duda la que ganará esta lucha de poderío.Según nos cuenta la historia, los conocimientos con los que contamos fueron dejados por países como China e India, por los Árabes y los Fenicios, estos idearon diversas maneras de transmitirlos, y hoy por hoy han sido modificadas, pero son la base en la que se fundamentan los más grandes ejecutivos del mundo.

Sobre el conocimiento se basa toda economía; es por esto que se convulsiona cada vez que se le crean nuevas formas de reestructuración. Todo esto enlaza conceptos, hipótesis, lógicas, datos y nuevos lenguajes, sin embargo, lo importante es que lo que se constituye en información.

El elemento necesario e imprescindible para crear riquezas es el saber, lo acompañan también la cultura, los datos, el idioma, etc. El saber nos lleva a un ahorro en gastos, transporte y energía porque gracias a las nuevas tecnologías pasamos de una producción en serie a una desmasificada, llevándonos a la explosión de productos, servicios, personalidad y semipersonalidades que originan productos miniaturizados, ahorrando el costo de almacenamiento y transporte. Esto nos debe servir para convertir los productos locales en sustitutos utilizables. Así, de esta manera se reduce la energía y el tiempo gracias a una información rápida que hace surgir una economía instantánea y sustituye al tiempo.

Se reemplaza al capital ya que bajan las existencias porque dicha información permite que se reduzcan los productos terminados almacenados por la existencia de suministros informalizados de piezas en el momento preciso, haciendo necesitar menor capital para que se desarrolle la anterior tarea. Por tanto el conocimiento es el sustituto definitivo de una economía avanzada.

Podemos entonces decir que en esta sociedad hay diversas formas de crear riqueza, tomando en cuenta aspectos de la economía tanto de la segunda como de la tercera ola, tales como:

Los Factores de producción, representados por la tierra, mano de obra, los cuales fueron cambiados por información, datos y conocimientos.

Valores intangibles, aquellos representados por los bienes en concreto, en una tercera ola esto viene radicado más sobre la capacidad de adquirir y las ideas.

Desmasificación, perteneciente a la segunda ola, en donde vemos la desintegración en fragmentos a medida de las necesidades de los clientes, lo que hace necesario el empleo de nuevos recursos para la precisión de compra-venta de mercancía.

Trabajo, en el cual se exigírán destrezas, lo cual hará más difícil y costoso hallar a la persona adecuada y con preparación suficiente, ya que en la segunda ola el trabajo se caracterizaba por ser muscular y poco calificado.

Innovación, se hace necesario para competir en el mercado, como nuevos productos, tecnologías, entre otras.

Escala, representada por la miniaturización de las operaciones ya que los obreros son reemplazados por equipos laborales.

Organización, tomando como modelo la “reingeniería”, para así tratar de reestructurar la empresa en torno al proceso y no al mercado.

Integración de sistema, existiendo una integración y gestión complicada para ofrecer mayor información a través de la organización.

Infraestructura, basada en satélites enlazados a empresas, vinculándolos con ordenadores, abastecedores y clientes.

Aceleración, ya que la competencia es intensa y las velocidades exigidas son altas, y el tiempo se convierte en una variable crítica.
¿Qué pasa entonces con el sector manufacturero?, Esta respuesta es simple si pensamos en que este se encuentra basado en los conceptos anticuados de riqueza, desempleo y producción, en donde tras haberse implantado tecnología, las empresas necesitan que su personal fuera diferente, siendo cada vez menos intercambiable y que esté en continua evolución. A medida que la economía se desplace hacia la producción de la tercera ola, las empresas reconsiderarán el papel del conocimiento, operando bajo la suposición de que la productividad y los beneficios se dispararán si el trabajo carente de contenido mental se reduce al mínimo, o si se transfiere a una tecnología avanzada aprovechando el potencial del asalariado. En dicha economía la riqueza solía medirse por la posesión de bienes.

Típicamente las empresas poco cultas concentran el trabajo mental en unas pocas personas de la cúpula, confiando a todas las demás, las tareas físicas o sin contenido mental, operando bajo el supuesto de que los asalariados son ignorantes y sus conocimientos son irrelevantes para la producción. En estas empresas poco cultas se encuentra la descalificación, simplificación de tareas, que se reducen a sus componentes más simples. Todo esto nos lleva a una especie de ideología de la producción en serie. El nuevo modelo de producción que surge de la economía supersimbólica es por completo diferente, basándose en una visión sistemática o integradora ya que concibe la producción como algo cada vez más sintetizado y simultáneo.

Fueron las ideas obsoletas del socialismo, en cuanto a los medios de comunicación y organizacionales del futuro, las que acabaron con esta teoría derrumbando tres pilares fundamentales de esta, los cuales estaban basados en la distribución de las ganancias en un mayor porcentaje a los trabajadores, lo cual no se dio y el Estado sacó provecho y las clases sociales quedaron divididas nuevamente, por otro lado, la planificación central sucumbió, debido a la dependencia del ordenador en esta era, trayendo la desorganización económica, y por último, el empeoramiento de la vida del campesino el cual había sido utilizado como fuente de capital de una segunda ola industrializada.

La tercera ola podría conducir a los Estados Unidos a un futuro mejor, creando una sociedad en la cual sería difícil distinguir los principios de una segunda ola de una tercera.

Hoy en día pasamos de una sociedad fundamentada en la uniformidad, centralización, concentración y burocratización, basada en la fábrica, a una basada en la producción postfabril, con nuevos modelos y principios. Incluso en donde el obrero cambia, para volverse más individual en su trabajo y la sociedad busca desmasificarse, trayendo una sociedad organizada y descentralizada, en donde las organizaciones minimalistas se ven afirmadas.

La tercera ola busca enriquecer a la familia y al hogar y que se cumpla las funciones perdidas con la revolución de la segunda ola, para lograr un hogar más sólido y no más débil, aunque esto este siendo refutado por muchos pensadores.

La sociedad presenta innumerables problemas y en la búsqueda para la solución de ellos se presentan infinidad de propuestas, como la familia nuclear, educación universal, la gran empresa, el sindicalismo de masas y centralización. Sin embargo no debemos olvidar que las élites buscan defender el poder y la riqueza del pasado industrial.

Es la economía de la nueva ola la que despeja el camino al profesionalismo y el desarrollo de los servicios necesarios.

Los políticos que no se adapten al cambio serán barridos, pero todos los individuos que tengan la capacidad de encontrar el camino del futuro dominarán la nueva sociedad, pudiéndose decir que posiblemente se repetiría el ciclo de la revolución de la segunda ola, en la cual los que tuvieron la visión de futuro, quedaron ubicados en el estrato burgués.

Los Toffler elogian la inteligencia y capacidad de los redactores de la constitución de los Estados Unidos y resaltan su excelencia que junto a la carta de derechos conforman uno de los importantes logros de la historia.

Esta constitución fue realizada en tiempo de transición, de una economía agrícola a una civilización industrial, donde se presentaban diferentes problemas económicos, sociales y políticos a los de la tercera ola o la nueva civilización, permitiendo aun así la modificación a los requerimientos actuales. ¿Entonces será este proceso de cambio necesario?, No tan solo es necesario, sino que debe abarcar la Constitución de los Estados Unidos y la Legislación de todos los países..

Abrir el sistema a un mayor poder de las minorías y permitir a los ciudadanos desempeñar un papel más directo en su propio gobierno son tareas necesarias, pero solo representan una parte del camino. Lo que llamamos ahora Democracia surgió solo de la carga de decisiones las cuales rebasaron súbitamente la capacidad de la vieja élite para manejarla. Unas generaciones nacen para crear una civilización, otras para mantenerla. Las generaciones que desencadenaron la segunda ola de cambio histórico se vieron obligadas, por la fuerza de las circunstancias, a ser creadoras. Montesquieu, Mills y Madison inventaron la mayor parte de las formas políticas que todavía aceptamos como naturales. Apresados entre dos civilizaciones su destino era crear. Hoy, en todas las esferas de la vida social, nos enfrentamos con la necesidad de crear nuevas formas de la tercera ola, sin embargo, en ninguna parte es la obsolencia tan manifiesta o peligrosa como en nuestra vida política. Incluso las personas que son audazmente innovadoras en su propio trabajo, parecen petrificadas ante cualquier sugerencia de que nuestra constitución o nuestras estructuras políticas estén anticuadas y necesitan ser sometidas a una revisión radical. A la inversa, tenemos en toda sociedad una periferia de pseudorrevolucionarios, empapados en los supuestos anacrónicos de la segunda ola, para los que ningún cambio propuesto es bastante radical. Mucho depende de la flexibilidad de las élites de hoy.

lunes, 31 de marzo de 2014

Adiós a la tierra por Juan Manuel de Prada



Casi todos los países occidentales han pasado por un proceso migratorio del campo a la ciudad. Poblaciones rurales ingentes abandonaron sus medios tradicionales de vida, ligados a la tierra, para convertirse en mano de obra (y con frecuencia en carne para la trituradora) de una industria en fase expansiva, ocupando los arrabales sórdidos de las grandes ciudades. Este proceso, que en España fue más tardío, habría de adquirir sin embargo una especial virulencia en los años posteriores a la Guerra Civil y, muy especialmente en las décadas de los cincuenta, sesenta y setenta, en las que el fenómeno migratorio, tanto interior como exterior, acabaría por cambiar por completo la fisonomía de nuestro país, que en las décadas siguientes aun habría de conocer otra fase del proceso migratorio todavía más compleja, cuando España se convirtió en destino de mano de obra extranjera, merced a una racha de prosperidad económica que -según ahora comprobamos- se asentaba sobre cimientos de humo.
Algunos datos quizá nos sirvan para ilustrar el desquiciado proceso de abandono de la tierra (único cimiento de toda economía sana) sufrido en España. En 1900, el 48 por ciento de la población española vivía en núcleos con menos de 2000 habitantes; en la actualidad, este porcentaje ronda el 15 por ciento. Pero mayor aún ha sido el descenso del empleo en el sector agrícola y ganadero. Hasta un 70 por ciento de la población activa se empleaba en 1900 en dicho sector, cifra que se había reducido hasta un 50 por ciento a mediados de siglo; el éxodo rural y la mecanización de las tareas agrícolas harían que, hacia 1970, solo el 25 por ciento de la población activa se dedicase al cultivo del campo; en la actualidad, menos de un 5 por ciento de nuestra población persevera en estas labores, mientras el sector terciario o de servicios se ha hipertrofiado hasta alcanzar el 70 por ciento. No hace falta añadir que muchos de estos 'servicios' son pura economía improductiva, especulativa, virtual, filfas de pijos sobrevenidos que nos las tendremos que comer con patatas no tardando mucho. Lo más llamativo de este proceso es que, mientras la economía española derivaba hacia el pijismo más superferolítico, la demanda de productos agrícolas y ganaderos no disminuía, sino que, por el contrario, se incrementaba; y, aunque los avances tecnológicos han permitido aumentar su producción con menos mano de obra, en estos momentos España importa muchos productos agrícolas (¡empezando por las naranjas, de las que en otro tiempo fuimos primer productor mundial!) que, hace apenas unas décadas, exportaba, por imposición en gran medida de las ordenanzas europeas, que han llegado incluso (misterio de iniquidad) a subvencionar a muchos agricultores y ganaderos para que abandonen sus explotaciones. Paralelamente, los productos agrícolas y ganaderos han disparado sus precios, a la vez que quienes los producen reciben una remuneración cada vez más escasa por su trabajo, para enriquecimiento sórdido de una tupida red de intermediarios.
Las causas del éxodo rural fueron muy diversas y complejas; y, desde luego, entre ellas debemos contar, en primer lugar, el reparto injusto de la tierra, que propició que millones de personas, al carecer de propiedad, tuvieran que desarrollar las faenas agrícolas en condiciones indignas y soportar hambrunas atroces. Pero las consecuencias de este éxodo rural fueron con demasiada frecuencia lastimosas: las promesas de una vida más fácil que ofrecía la ciudad no se vieron siempre realizadas; y, en cambio, propiciaron una ruptura a menudo traumática con tradiciones ancestrales que ligaban a nuestros antepasados a la tierra, favoreciendo el desarraigo, las rupturas familiares, la pérdida de la fe y la emergencia de una nueva problemática social que se ha mostrado en gran medida irresoluble, con formas emergentes de pobreza y desequilibrios demográficos nunca antes conocidos. El abandono de la agricultura ha generado, por otro lado, una dependencia cada vez mayor de productos que hemos dejado de cultivar; y, mientras las tierras que antaño se destinaban a la labranza eran recalificadas y entregadas a la voracidad inmobiliaria (¡y a los resorts y campos de golf para ejecutivos estresados, oiga!), se ha generado una nueva forma de especulación que afecta al precio de los alimentos y que pronto podría degenerar en una pavorosa crisis alimentaria.
Y es que los pecados, cuando no media arrepentimiento, tarde o temprano se pagan. Algunos incluso más temprano que tarde.

jueves, 13 de febrero de 2014

La cultura de los prototipos

Ya no hay tiempo para pruebas. Haz y lanza al mundo. Que el proyecto evolucione mientras viva. Que cualquiera lo mejore. Esta nueva forma de trabajar está impregnando las raíces de la economía, la política y la sociedad. En todos los rincones del mundo.

La economía industrial creía en lo absoluto. En la pieza final. Hasta llegar a ella su inventor había ido diseñando versiones. Eran los prototipos que iban añadiendo mejoras hasta dar con el producto definitivo. Nunca más se admitirían retoques. En la puerta colgaría un cartel: ‘El proyecto está cerrado’.
La economía digital cree más en lo provisional. Los productos en pruebas o en beta han dejado su estatus de segunda categoría. No hay versiones definitivas. Hay productos o servicios en constante evolución. El proceso continúa siempre abierto. El cartel, en la puerta, dice: ‘Proyecto acepta mejoras’.
“La gente piensa en el significado de prototipo como un estado anterior al final”, explica el investigador Alberto Corsín. “Se empezó a hablar mucho de prototipos en ingeniería y de ahí dieron el salto a la producción en serie. Nosotros queremos llamar la atención sobre otra clase de prototipos. Existe un nuevo paradigma en el que no hay ensayo. Es un tipo de objeto que se abre a estar siempre en beta. Un producto que nunca está acabado. Se halla siempre en transición. No hay un antes y un después. Este hecho está transformando el diseño industrial, pero el auténtico paradigma del nuevo concepto de prototipo es el software libre”.

La experimentación y la búsqueda de mejoras forman parte del ADN del software libre, los wikis o los servicios en beta. No existe el espejismo que el marketing construyó hace años: “Es muy caro, pero merece la pena. Es un frigorífico para toda la vida”. Ese argumento, hoy, roza el absurdo.
Primero, porque, como dice la cultura milenaria china, lo único que permanece es el cambio. Y segundo, porque, conforme crece la velocidad de la evolución tecnológica, se reduce la vida útil de los objetos.
Este nuevo concepto de beta permanente surge de la mano de la cultura digital. El caso más claro, según el investigador del CSIC, es el software libre (programas y aplicaciones informáticas que pueden ser usados, copiados, estudiados, modificados y distribuidos libremente por cualquier usuario, como, por ejemplo, Linux, Mozilla Firefox, Open Office, WordPress…). “Estará modificándose siempre que haya programadores que lo quieran mejorar”, apunta. “Es un proyecto abierto de organización, diseño, desarrollo y producción de infraestructuras colaborativas. Avanza reescribiendo su propia infraestructura. Es un ejemplar no tanto a seguir, como a seguir construyendo”.

Ocurre lo mismo con el hardware libre. Estos dispositivos comparten la filosofía de cultura abierta y expansión del conocimiento del software libre. Son, por ejemplo, el mezclador DJ Aurora 224, la videoconsola Uzebox o la placaArduino. “No existe un diseño terminado. Te bajas la información de Arduino y te haces tu placa base”, explica Corsín. “El CERN (Organización Europea para la Investigación Nuclear) también está abriendo algunos de sus diseños y los está convirtiendo en hardware libre”.
En esta nueva forma de entender el prototipo, ningún producto o servicio tiene una versión definitiva que no se pueda tocar. Nunca va a quedar antiguo porque irá evolucionando con los usos de las personas. Su desaparición se produce “porque deja de interesar”, especifica el antropólogo. “Los usos del producto generan su propia obsolescencia”.

El concepto de prototipo no es solo aplicable a objetos. También describe la política y la economía. En su artículo Política: modelos y prototipos, Corsín relata que, en los últimos 20 años, los estudios sociales de la ciencia y la tecnología se han interesado por “las cosas (la manera en que los archivos, los papeles, la documentación y la cacharrería, en general, enturbia y ensucia cualquier descripción de un evento o una situación social)”.
Dice el investigador que no solo es necesario conocer qué hacen las personas. También hay que saber cómo y con qué lo hacen (“cómo circulan los papeles, dónde se guardan los archivos, qué formatos se usan para registrar las comunicaciones”) porque las cosas y las personas “se formatean mutuamente”.
La transparencia o el gobierno abierto, por ejemplo, facilitan la participación ciudadana en política. En cambio, el modelo actual, blindado en la oscuridad de sus comunicaciones y filtrando las preguntas de los periodistas en las ruedas de prensa, intensifica la brecha entre gobernantes y gobernados.
Igual ocurre con la economía. Ese lenguaje y esos productos crípticos, que ni los propios analistas y agencias de calificación comprenden, crean una barrera infranqueable entre la ciudadanía y los dirigentes económicos. La era digital asume que la política y la economía debería funcionar como un prototipo más, abierto y en constante evolución.

Voz… Otra forma de contar…
La cultura de los prototipos genera una serie de efectos en cadena que la separa aún más de los usos de la era industrial. “Estas comunidades se organizan de forma distinta. Los grupos generan documentación abierta y colaborativa, y esto tiene consecuencias en la propiedad intelectual (copyright) y en la propiedad industrial (marcas y patentes)”, indica el coordinador de ciencias sociales en la Agencia Nacional de Evaluación y Prospectiva (ANEP).
“Cambia la forma de documentar una investigación o un desarrollo. El grupo trabaja con archivos abiertos y todo queda registrado en los documentos comunes. Hay que decidir qué géneros literarios se emplean”, especifica el investigador. “En el caso del software libre, por ejemplo, los debates se producen siempre en el ordenador. Las dinámicas de sociabilidad son claras. El grupo va avanzando mediante el trabajo común y, a veces, llegan a un punto en el que se atascan y no hay acuerdo sobre qué hacer. En este caso, se ha documentado que no es infrecuente que las polémicas que se producen en los foros responden a una cultura bastante masculina. Hay mucha arrogancia. El que más grita es el que se impone. Esto no es intrínseco a la cultura de los prototipos pero sí hemos visto que ocurre en la comunicación de software libre. Las dinámicas de trabajo del hardware son distintas porque las personas de un mismo proyecto sí se suelen ver en persona”.
Dice Corsín que también se producen nuevas formas de documentar la información. “El ejemplo más claro es Wikipedia. Es un archivo que permite documentar sucesivas versiones de un documento y la autoría es distribuida. Esto supone una innovación archivística. Los registros documentales están en proceso de transformación”.

“Otra novedad es la cuestión sobre qué es una prueba documental”, continúa el investigador. “Antes el proceso era muy lento. En la Enciclopedia Británica, por ejemplo, una actualización requería esperar una serie de años hasta que saliera una nueva edición o hasta que se introdujeran adendas (apéndices). Ahora se actualiza al momento. Una modificación se legitima al instante”.
El investigador comenta que “las nociones de autor y de experto” también son hoy distintas. “En la Enciclopedia Británica siempre hay firmas de autores. En la Wikipedia la autoría se disuelve. Puedes ver qué usuario ha creado la entrada y quiénes las han modificado pero son solo registros informáticos”.
Lejos… Los orígenes…
¿De dónde viene esta cultura de los prototipos? No hay una explicación única. “Hay varias teorías”, dice el graduado en antropología social por la Universidad de Oxford. La primera se remonta al final de la Segunda Guerra Mundial. “Hay historiadores que hablan de las formas de trabajar y las prácticas de colaboración que se utilizaron cuando acabó la guerra. EE UU hizo un gran esfuerzo en reunir a técnicos de distintas disciplinas para desarrollar la bomba atómica. Antes de eso los científicos de campos diferentes no solían juntarse en un mismo proyecto. Los investigadores tuvieron que desarrollar nuevas formas de entenderse y crear un espacio de trabajo común”.

Una segunda teoría lleva los orígenes de la cultura de los prototipos a la cibercultura, entendida, según el antropólogo, como “la última expresión de la contracultura de los años 60. Los hippies que vivían en California despotricaban del ambiente rancio de la Guerra Fría. Era un escenario donde imperaba el miedo a un desastre nuclear, a los misiles cubanos… Estos hippies se fueron al monte y abandonan la civilización tal y como la conocían. Pero no prescindieron de la tecnología”.
El manual de instrucciones de esa nueva civilización se fue construyendo en un fanzine. Se llamaba Whole Earth Catalog y su editor, Stewart Brand, hablaba de objetos que harían posible una forma de vida más creativa y más autónoma (libros, ropa, máquinas, semillas…). Su intención era animar a sus lectores a diseñar un estilo de vida propio en vez de asumir, sin cuestionárselo, lo que la cultura dominante pretendía imponer.

(Imagen de Wikimedia Commons reproducida bajo licencia CC)
El primer número apareció en 1968. Tres años después la publicación consiguió un Premio National Book. Un hito en la historia de esos galardones porque, hasta entonces, nunca lo habían concedido a un fanzine. “Tenía una tirada de más de un millón de ejemplares”, indica el investigador del CSIC. “En este grupo de intelectuales había nombres como John Perry Barlow o Howard Rheingold”.
El primero fue el poeta y ciberlibertario que fundó la Electronic Frontier Foundation. Es el ganadero y ensayista que presentó la Declaración de Independencia del Ciberespacio ante el Foro de Davos en 1996 que decía: “Gobiernos del Mundo Industrial, vosotros, cansados gigantes de carne y acero, vengo del Ciberespacio, el nuevo hogar de la Mente. En nombre del futuro, os pido en el pasado que nos dejéis en paz. No sois bienvenidos entre nosotros. No ejercéis ninguna soberanía sobre el lugar donde nos reunimos. No hemos elegido ningún gobierno, ni pretendemos tenerlo, así que me dirijo a vosotros sin más autoridad que aquella con la que la libertad siempre habla”.
El segundo, Howard Rheingold, es el crítico y ensayista que acuñó el término ‘comunidad virtual’. El estadounidense considera que mediante estas comunidades se puede alcanzar una democracia descentralizada y habla, incluso, de una posible comunidad digital global.
Unos años después, Steward Brand participó en la organización del primer Congreso Hacker. Fue en 1984 y, entre los asistentes, se encontraba Richard Stallman, creador de la licencia GPL (destinada a proteger la libre distribución, modificación y uso de software) y uno de los mayores activistas del software libre. “Ellos son los hippies que inventaron un discurso contracultural y nuevas comunidades a través de la tecnología”, indica Corsín.
Una tercera hipótesis atribuye la raíz de la cultura de los prototipos a algunas vanguardias artísticas como los situacionistas. La Internacional Situacionista nació en 1957 con la intención de acabar con la sociedad de clases y el capitalismo. Estaba formada por un grupo de intelectuales que inspiraron ideológicamente acontecimientos como el Mayo del 68 francés. “Estos artistas crearon un fanzine llamado The Situationist Times, en 1962, que decía en sus páginas: ‘Quedan permitidas todas las formas de reproducción, deformación, modificación, derivación y transformación’. En esa época, Pinot Gallizio desarrolla el concepto de sociedad antipatente”, explica el investigador. “McKenzie Wark es uno de los académicos que más ha investigado sobre los referentes hacker en el situacionismo. El australiano expone en su obra titulada 50 años de recuperación de la Internacional Situacionista la influencia que tuvo la estética creada por este movimiento en el arte y el activismo actual”.
Roces… Caricias que duelen…
En la cultura libre y de los prototipos se cumple también la ley universal del ni todo es bueno ni todo es malo. Entre sus puntos oscuros está la posibilidad de “convertirse en un proyecto hegemónico” y “generar fricciones con los derechos de propiedad indígenas y tradicionales”, especifica el investigador. “No está claro que una cultura abierta sea fácilmente reconciliable con las producciones culturales de ciertas sociedades indígenas”.
Corsín inventa una situación imaginaria para explicar el conflicto. El protagonista de esa historia es un occidental que va de vacaciones a Bali. Allí viaja hasta un poblado lejano. Ese día, los indígenas hacen una representación que forma parte de sus rituales. El turista lo graba y lo cuelga en YouTube. Un director de teatro lo ve, monta una obra en Broadway basada en la actuación y la comercializa atribuyéndose los derechos de autor. “La comunidad indígena no tiene ningún derecho sobre sus creaciones y, además, se puede caer en la ofensa”, apunta. “En algunas comunidades reservan ciertas celebraciones para las personas que han realizado un determinado rito de iniciación. No es un acto abierto a toda la comunidad. Si una persona que lo graba, lo sube a YouTube o lo emite por la radio, puede vulnerar las normas sociales de esa comunidad”.
También puede ocurrir, y sucede a menudo, que una multinacional farmacéutica vaya a un poblado en América Latina a descubrir sus conocimientos medicinales. Esta sabiduría es de dominio público. Los extranjeros indagan esta información en los mercados locales y después los incorporan en los productos con los que se lucran. Los indígenas, a cambio, no reciben ningún tipo de compensación.
Es aquí donde hay que poner la lupa. Dice Corsín que “lo más interesante no es imaginar el mundo que va a surgir de la tecnología. Es descubrir las complicaciones que supondrá el acceso a la tecnología. ¿Qué pasará con los individuos que decidan no compartir su vida en la Red? Hoy la información es una fuente de desigualdad. La conectividad abre brechas entre las personas. Tenemos que observar dónde se generarán esas cuñas”.

domingo, 2 de febrero de 2014

La economía es un juego de suma cero

Responder a la pregunta que sirve de título a este artículo es mucho más complejo de lo que parece. De hecho, entiendo que es una pregunta con varias respuestas:

1ª Respuesta: la definición.

Según los libros de economía, esta se define como “La actividad que se dirige a la satisfacción de las necesidades humanas empleando medios escasos con arreglo al principio de máximo aprovechamiento”.

Estas palabras nos dan los tres elementos que debemos tener siempre en cuenta: por un lado, los recursos, que es aquello a lo que se aplica la ciencia económica; luego tenemos las necesidades de la población, que es lo que se intenta satisfacer; finalmente, tenemos la relación entre recursos y necesidades que dan lugar a la economía: la escasez.

Esto último es algo que no debemos perder de vista jamás: para que surja la economía, los recursos deben ser insuficientes para satisfacer las necesidades. La razón es que, si hay recursos en abundancia, no hace falta economizarlos. Es más: un recurso abundante no puede ser un bien económico.

El ejemplo más claro en este sentido es el aire respirable. Lo necesitamos para vivir, y además de forma inmediata y permanente. El ser humano puede sobrevivir durante semanas sin comer, y durante algunos días sin agua, pero solo resistimos unos pocos minutos sin respirar.

Y, sin embargo, no existe ninguna tienda que venda aire...

El motivo es que el oxigeno es abundante, y está disponible para todos. Dicho en términos de mercado, tiene una oferta tan abundante que cubre las necesidades de todos, por lo que no puede haber un mercado del aire. No necesita ser gestionado económicamente.

En consecuencia, ya tenemos una primera respuesta la pregunta. ¿Qué es la economía? Es el resultado de la escasez.

2ª Respuesta: la fuerza que da forma a la sociedad humana.

Cuando se menciona la palabra “economía”, la imagen que nos viene a la mente provienen de nuestra sociedad modera: personas comerciando, dinero imprimiéndose, agentes de bolsa gritando como posesos...

No es algo que relacionemos, por ejemplo, con los nativos americanos, por que la imagen que se nos ha vendido de ellos es la de un colectivo sabio y apacible que vivían en comunión con la naturaleza.

En realidad, los nativos americanos, como cualquier sociedad humana, estaban maniatados por la economía, y de, hecho, fueron varias las civilizaciones precolombinas que desaparecieron debido a un colapso económico. En este sentido, el mejor ejemplo son los pueblos que habitaron las zonas centrales de los actuales EEUU durante milenios. Esta civilización tuvo un auge increíble, formando grandes centros urbanos densamente poblados, hasta que agotaron los recursos naturales; deforestaron a conciencia los territorios de Nuevo México, Colorado, Utah y Arizona -que actualmente siguen siendo semidesérticos-, cayeron en la guerra y el canibalismo debido a la escasez, y finalmente desaparecieron sin dejar más rastro que las ruinas de sus ciudades.

Cuando hace mil años los indios navajos hallaron esas ruinas, como no sabían qué pueblo las había levantado, se refirieron a ellos simplemente como “anasazi” (“Los Antiguos”), que es el nombre con el que se les conoce actualmente. 

Incluso vistas hoy, las ruinas anasazi no se parecen a nada que asociemos a los “nativos americanos”.

Por lo tanto, la economía ha dado forma a las sociedades humanas desde siempre: sobreviven explotando los recursos disponibles, progresan cuando tienen mucho éxito en dicho empeño, luchan entre ellas cuando comienzan a escasear, y colapsan cuando ya no hay suficientes.

Todo auge, toda crisis, y toda guerra se producen por razones económicas, aunque se intenten enmascarar tras otros motivos.

Por lo tanto, ya tenemos una segunda respuesta: ¿Que es la economía? Es la fuerza que moldea la historia.

Y llegados a este punto, podría dar fin al artículo y parecería que ya está todo dicho sobre la importancia de la economía. Pero sería una impresión falsa. Porque no es solo la humanidad...

3ª La lucha por la vida.

Al igual que idealizamos a los nativos americanos, nuestra imagen del ciclo natural es una especie de circulo cerrado, completo en sí mismo, y perfectamente equilibrado.

Aquellos que pertenezcáis a mi generación recordaréis sin duda la película de El Rey León, obra de Disney es un hermoso resumen de la actual ideología ecologista. En el film existe un primer momento en el que todo funciona con armonía, y ese orden está personificado y defendido primero por el león Mufasa, y después por su hijo, Simba. Es el Ciclo de la Vida. Ciclo que rompen el león Scar y las hienas, que forman una alianza contra natura que les permite explotar los recursos a su alcanza de una forma “industrial”, hasta agotarlos y arrastrar a su mundo al hambre crónica y la decadencia, hasta que reaparece Simba para derrotar a Scar y devolver la sabana africana a su orden natural.

No obstante, una vez nos detenemos a analizar el funcionamiento del medio natural, nos encontramos con algo muy distinto al amable equilibrio del Ciclo de la Vida. De hecho, nos encontramos con poblaciones de animales que se multiplican por encima de los recursos disponibles, exactamente igual que lo hacen las sociedades humanas, y que, en consecuencia, se ven arrastrados a una lucha por esos recursos.

Así, el lobo de un bosque no vive en armonía con el resto de animales, a los que dará muerte para alimentarse de ellos. Ni siquiera vive en armonía con el resto de su raza, pues los lobos se
multiplican siempre por encima del número de presas disponibles, por lo que deben de luchar a muerte entre ellos por los territorios de caza existentes.

Solo los lobos más fuertes sobrevivirán y lograran aparearse, con lo que serán esos genes los que pasen a la siguientes generaciones.

Este mismo principio se aplica a todos los seres vivos. Incluso las plantas están inmersas en una doble lucha: en primer lugar, los árboles de la selva crecen lo máximo posible para que sus hojas alcancen la luz solar, que es la energía que necesitan para convertir las sales y minerales de la tierra en alimento. Si un árbol se ve superado por la copa de los demás árboles, quedará bajo la sombra de estos y morirá.

Pero hay aún otra guerra, una subterránea, que es la que libran por conseguir los nutrientes de la tierra, imprescindibles precisamente para poder crecer y competir por la luz solar. Para hacerse con ellos extienden una red tortuosa de raíces, que compiten con las raíces del resto de árboles en su búsqueda por los recursos minerales.

En resumen, la vida siempre se multiplica hasta superar los recursos disponibles, momento en el que hace su aparición la escasez, y, con ella, la economía.

Por lo tanto, ¿qué es la economía? Una manifestación de la lucha por la vida.

4ª El juego de las sillas. Suma cero y crecimiento cero.

Erase una vez un profesor de parvulario que enseñó un día a sus alumnos un juego llamado “las sillas musicales”. El juego consistía en poner diez sillas en circulo, mientras doce de los niños corrían alrededor al ritmo de una cita de música. Llegado un momento, el profesor detenía la música, y todos los niños debían sentarse en un silla. Pero debían darse prisa, pues no había sillas para todos.

Tras un rato jugando, el profesor se dio cuenta de que los dos niños más lentos siempre eran los mismos, y que estaban al borde de las lágrimas. Apenado, llamó a la clase de al lado, y pidió que le trajesen dos sillas más. Y el profesor de la clase contigua le envío las dos sillas, que eran llevadas, cada una, por dos alumnos.

“¿A qué están jugando?”, preguntaron los niños de la otra clase al llegar con las sillas.

“A las sillas musicales” respondió al profesor.

“¡Que guay! ¿podemos jugar? ¿podemos?” suplicaron los recién llegados. El profesor, vencido de nuevo por sus sentimientos, les permitió unirse al juego, y se encontró con que ahora tenía doce sillas, pero había dieciséis jugadores, por lo que había cuatro alumnos que siempre perdían. Así que pidió cuatro sillas más, que fueron traídas por otros ocho alumnos, que a su vez quisieron quedarse a jugar...
Hay dos conceptos que se confunden a menudo: los factores de crecimiento cero, y los juego de suma cero.

Los factores de crecimiento cero son aquellos elementos cuyo cantidad viene dada desde el principio, y no pueden aumentar. Por ejemplo, la edad de una persona es un factor de crecimiento cero, pues no puedes “regenerar” la edad que has superado. Una vez dejas atrás tu infancia, es imposible dar marcha atrás al reloj para recuperarla.

El juego de suma cero, por su parte, es aquel que está compuestos de dos o más factores, uno de los cuales son los jugadores, que compiten por un segundo factor, que puede ser cualquier cosa (sillas, dinero, alimento...). La clave del juego de suma cero es que aquello por lo que compiten los jugadores es insuficiente para satisfacerlos a todos, por lo que el éxito de unos provocará el fracaso de otros. En consecuencia, es indiferente que el número de jugadores y el de recursos varíe. Lo que importa, para que continué siendo un juego de suma cero, es que los jugadores superen en número los recursos disponibles por los que compiten.

En el cuento del principio, el profesor intentaba romper el efecto “suma cero” aumentado el número de sillas, pero sus esfuerzos se veían frustrados por el paralelo aumento del número de jugadores.

Sirva todo esto para ilustrar la siguiente afirmación: la economía es un juego de suma cero.

Hay muchas personas que se oponen a esta idea; afirman que es imposible que la economía sea un juego de suma cero, pues, a lo largo de la historia, los recursos de los que dispone la humanidad han aumentado constante. Pero los que así piensan están confundiendo el concepto de “juego de suma cero” con el de “factor de crecimiento cero”. Dicho de otra manera, ignoran que la economía se compone de dos elementos: los recursos, cuyo número es lo único que tienen en cuenta, y las necesidades humanas, que es el factor que ellos están ignorando.


Da igual que la tecnología aumente el número de recursos disponibles; si, paralelamente a ese progreso material, se produce un aumento de la población que mantiene las necesidades humanas por encima de los recursos disponibles, la economía continúa siendo un juego de suma cero.

Además, lo que hace que un juego sea “de suma cero” es la escasez. Si hay escasez, hay juego de suma cero. Pero, como ya vimos en nuestra primera respuesta a la pregunta, la economía solo puede existir cuando hay escasez. Lo cual nos lleva a la última respuesta:

¿Qué es la economía?


Es un juego de suma cero.

Fuente: legitimistadigital.com

sábado, 14 de diciembre de 2013

Decrecimiento

Una anécdota omnipresente en la literatura del decrecimiento y que creo da en el clavo de la comprensión de esto del modo de vida esclavo. En una de sus versiones la anécdota se desarrolla en un pueblo de la costa mexicana. Un paisano se halla junto al mar adormilado y  un turista norteamericano entabla conversación con él. El turista pregunta ¿y usted a qué se dedica, en qué trabaja?. Bueno, yo soy pescador. Caramba debe ser un trabajo muy duro. Trabajará usted muchas horas cada día. Si trabajo muchas horas. Cuántas horas trabaja por término medio. Bueno trabajo 3 ó 4 horas. Bueno pues no me parece que sean tantas. ¿Y qué hace usted el resto del día? Mire yo me levanto tarde, pesco 3 ó 4 horitas, luego juego un rato con mis hijos, duermo la siesta con mi mujer y al atardecer salgo con los amigos a tocar la guitarra y beber unas cervezas. Pero hombre como es usted así, le replica el turista norteamericano. ¿Qué quiere decir? Que por qué no trabaja más. ¿Y para qué? Por que si trabajase más podría conseguir un barco más grande en un par de años ¿Y para qué? Porque al cabo de un tiempo podría abrir una factoría aquí en el pueblo ¿Y para qué? Porque más adelante podría montar una oficina en el Distrito Federal ¿Y para qué? Porque luego podría organizar delegaciones en los Estados Unidos y en Europa ¿Y para qué? Porque las acciones de su empresa cotizarían en bolsa ¿Y para qué? Porque sería usted inmensamente rico ¿Y para qué? Porque al cumplir los 70 años se podría jubilar y venir aquí tranquilamente y levantarse tarde y estar adormilado junto al mar, pescar unas horitas, jugar un rato con sus nietos, dormir la siesta con su mujer y salir por la tarde a tomar unas cervezas con sus amigos. 

Un artículo redactado por un premio Nobel de economía llamado Vasily Leontief. Leontief en ese artículo acometía una comparación entre los sistemas de transporte de los Estados Unidos y de China. Vaya por delante que en este caso la invocación del nombre de China y el de los Estados Unidos no remite a una colisión entre macrosistemas económicos diferentes. Podríamos reemplazar el nombre de China por el de Birmania o el de Tailandia y creo que el argumento conservaría su peso. Bueno. ¿Qué decía Leontief? Los Estados Unidos tienen el sistema de transporte más desarrollado del mundo. Cuentan con el mayor número de kilómetros de autopistas, disponen del mayor número de automóviles, consumen el mayor número de litros de gasolina por habitante y año. Ahora bien cuando se trata de calibrar cómo ese sistema de transporte satisface las necesidades del ciudadano común, uno descubre INME- diatamente que los problemas se manifiestan por todas partes. El ciudadano nortea- mericano medio reside a 55 minutos en coche de su puesto de trabajo. Tiene que madrugar mucho. Se ve inmerso a menudo en gigantescos atascos que dañan sus nervios y provocan daños, como no, también en el medio ambiente. Para muchas veces llegar tarde a trabajar. China proseguía Leontief no aparece en los anuarios estadísticos. Hablo claro de tres decenios atrás. En China prácticamente no hay carreteras, el número de automóviles es muy reducido y el consumo de gasolina prácticamente nulo. Ahora bien. El chino medio reside a 5 minutos en la bicicleta de su puesto de trabajo. Puede dormir una hora más que su homólogo norteamericano. No se ve inmerso en gigantescos atascos que dañen sus nervios y dañan por añadidura el medio ambiente. Para al final las más de las veces llegar a la hora a trabajar. Leontief, claro, remataba con una pregunta: ¿Cuál de esos dos sistemas de transporte era más desarrollado?

viernes, 8 de noviembre de 2013

Economía basada en Recursos

La Economía Basada en Recursos (EBR o RBE, del inglés Resource-Based Economy) es una propuesta de vida que esta basada en el uso eficiente de los recursos para generar abundancia por medio de la tecnología y la empatía humana, donde el método científico y semejantes son aplicados al interés y bienestar social. Específicamente esta propuesta se entiende también como un sistema local y global de gestión de recursos en el que los bienes y servicios están disponibles para todos en calidad de patrimonio común de la humanidad así como de todos los habitantes de nuestro planeta, donde no existe la necesidad de usar el dinero, sistemas de crédito o financieros, el trueque o cualquier otro sistema de intercambio o comercio. La premisa principal de esta propuesta de sistema de vida se basa en el entendimiento de que el Planeta Tierra tiene recursos suficientes pero finitos para cubrir las necesidades vitales de todos sus habitantes y por lo tanto estos pueden ser gestionados para que cualquiera dispongan de ellos de manera razonable y equitativa. Por lo tanto la EBR se opone al sistema monetario, ya que lo ve como anticuado, obsoleto y limitante y por consiguiente propone la superación del mismo. Los teóricos y proponentes de la EBR hacen una crítica al sistema monetario (que incluye capitalismo, fascismo, comunismo, socialismo y cualquier otra ideología que utilice dinero en general) señalando que solo sirve para administrar y perpetuar la escasez y contradice la abundancia de recursos con los que cuenta el planeta para proveer de lo necesario a todos los seres humanos, generando muchos problemas como ineficacia, insostenibilidad, clasismo, violencia, entre otros que podrían ser evitados si intentáramos vivir de otra forma. 

Características generales de una EBR :

Superación del dinero Los bienes y servicios son producidos con la reducción gradual de intervención humana mediante la automatización y robotización. La distribución de bienes y servicios sería equitativa y abundante, teniendo en cuenta la demanda y la necesidad del producto y la posibilidad de producirlo. 

Superación gradual del trabajo Mediante la aplicación de la tecnología computacional para la gestión de asuntos humanos y de los procesos productivos, de distribución y de reciclaje, hacen innecesaria la intervención humana. El rol del hombre en cuanto al trabajo es supervisar y tratar de superar la necesidad del trabajo humano en las áreas todavía no automatizadas. 

Declarar los recursos de la Tierra como patrimonio común de todos los habitantes Reemplazar la propiedad privada por la demanda de uso. Al eliminar la escasez y al poder producir abundancia para todas las personas mediante la automatización de la producción, la utilidad misma para la propiedad privada desaparece, como también la estratificación social y la pobreza estructural. Se concede acceso a los bienes y servicios de modo que estén siempre disponibles cuando se necesiten. Los productos se valorarían por su uso y no por su posesión, ya que en un medio de abundancia administrada inteligentemente o de manera eficiente cualquiera podría tener acceso a ellos. Reconoce que la humanidad pertenece a una sola especie y por lo tanto beneficia a cualquier persona con equidad, independientemente de la posición geográfica en la que se encuentre, la cultura y valores a los que haya sido expuesta o las características físicas que presente. 

Sistema holístico y global Reconoce que el planeta es un sistema holístico en el que todas las partes influyen e interactúan entre sí. Según esta teoría, conceptos como nación o país no existen en la realidad física del planeta y representan fronteras ficticias o hipotéticas y, por lo tanto, dichas separaciones imaginarias no son tenidas en cuenta en el funcionamiento del sistema. 

Sociedad cooperativa La competencia es la rivalidad u oposición entre quienes aspiran a conseguir lo mismo. Esta teoría considera la competencia como obsoleta porque, en un medio de abundancia, nadie tiene que luchar o entrar en un enfrentamiento mutuo por conseguir un bien o servicio que el otro no podrá conseguir por ser escaso. En cambio, la abundancia permite que todos tengan acceso a cubrir sus necesidades. Sistema emergente Esta teoría introduce el concepto de sociedad emergente. Reconoce que el nivel de conocimiento nunca es definitivo, nunca se estanca o llega a un límite; éste está en contínuo proceso de ascensión. Por lo tanto, el sistema está preparado y diseñado para ser modificado y actualizado continuamente. Esto sería contrario a una sociedad establecida, en la que el sistema rechaza las nuevas posibilidades y tecnologías, producto del nuevo conocimiento, con el fin de perpetuarse a sí mismo.

 Eliminar gradualmente la estructura estatal y las corporaciones como método de gestión social Llegados a este punto y al estado actual de la tecnología, el estado se vuelve irrelevante debido a que, según esta teoría, su función principal es asegurar el lucro de los grupos minoritarios en posición de ventaja diferencial y mantener el statu quo de los mismos, como también para preservar el sistema monetario del cual se benefician junto con sus inherentes consecuencias, como la generación y la perpetuación de la escasez artificial. En su lugar, se aplica el método científico directamente en el sistema social para el beneficio humano y medioambiental. Máxima durabilidad y calidad en todos los productos elaborados Producción de bienes con la mayor calidad posible, eliminando por completo la obsolescencia programada. Es decir, todo debe ser diseñado para maximizar la durabilidad y minimizar el impacto ecológico, no para que el producto se rompa en una cierta cantidad de tiempo limitado de modo que se vuelva a realizar la compra del mismo y hacer posible que el ciclo laboral/productivo y de consumo contínuo siga existiendo. 

Uso total de energías renovables y limpias Con la abundancia de fuentes de energías renovables y limpias (solar, eólica, mareo motriz, geotérmica, undimotriz y otras) es negligente la utilización de combustibles fósiles (no renovables y contaminantes). Utilización de sistemas físicos universales Diseño de todos los componentes con conexiones estandarizados y fácilmente intercambiables que permitan actualizar físicamente los productos para aumentar su tiempo de vida de uso. Todo debe estar diseñado para ser reciclado Si de alguna forma se llegase a descomponer o volver obsoleto algún producto, éste debe haber sido diseñado para ser reciclado al 100% o a lo máximo posible.

domingo, 29 de septiembre de 2013

Abundancia y desigualdad 2

Control económico y social a través de la vivienda 

Este ha sido parte del escenario de los procesos de inflación inmobiliaria y a la vez restricción de acceso a la vivienda propios de la versión española de la actual crisis. De nuevo estamos ante un instrumento que regula la producción de escasez, que se manifiesta como drenaje-expropiación de las capacidades económicas de una parte importante de la población, restando recursos clave para adquirir una mínima autonomía económica y manteniendo a dicha población en un estado permanente de precariedad: “Yo no compré una casa, vendí mi vida” [comentario de una comunicante anónima en el programa Siglo XXI de RNE3, 11: 08 del día 11 de agosto de 2004]. Este proceso expropiatorio adquiere claridad cuando se identifica qué agente controla lo principal del proceso, el Capital financiero:

 1) Como agente dominante en el sistema de propiedad del suelo y como protagonista directo o indirecto en los procesos de decisión política referidos a la clasificación urbanística. "[...] según la Comisión Nacional del Mercado de Valores, los bancos tienen en la actualidad más de 350 millones de metros2 de suelo" [TALLER VIU 2006: 17], es decir terrenos que calculando con prudencia son capaces de acoger a más de un millón de viviendas, unas dos veces lo que ahora se construye en España en un año; no hay datos fiables del volumen que estas entidades tendrán ahora pero debe ser mucho mayor debido a los desahucios y creciente morosidad.

2) Como prestamista principal, tanto a personas físicas como a empresas inmobiliarias; e incluso a entidades financieras, por parte del Banco Central Europeo como préstamos para alimentar la burbuja financiera, debiéndose en 2008 unos 365.000 millones más intereses [VERGÉS 2009]. De este modo se controlan los dos puntos clave del acoplamiento fundamental oferta-demanda o con más generalidad producción-consumo (en este caso propiedad del suelo y acceso del ciudadano a la vivienda), se cierra el círculo del dominio integral del gran biodispositivo urbano que articula la producción de suelo-mercancía y la producción de habitantes-consumidores a través del crédito hipotecario, produciendo tanto fenómenos de segmentación urbana como de segregación y estratificación social. Como resultado se dan los efectos ya mencionados al tratar el sistema automovilista, al margen del habitual y gigantesco drenaje de riquezas: 

•Condicionamiento de la vida y del futuro de las personas afectadas de una manera u otra por este biodispositivo.
 •Segmentación social, cada vez más brutal: millones de personas en España, especialmente jóvenes, sin posibilidad alguna de acceder a viviendas dignas y un número igualmente importante de familias en difíciles condiciones para seguir devolviendo los préstamos hipotecarios.
 •Bloqueo de la subjetividad para poder pensar y actuar de otra manera, una muestra de lo cual es la reducción del habitar y su identificación con el artefacto llamado "vivienda", procedente de otro invento del siglo XIX, el de la vivienda obrera que contribuyó decisivamente en la conformación de la unidad básica de producción-consumo de masas: la familia nuclear.

 Pero no sólo hay mecanismos económicos No obstante esta acusada y creciente estratificación social no puede achacarse exclusivamente a un automatismo de orden económico, en la segmentación urbana existen otros factores (que serán discutidos más extensamente en el siguiente epígrafe), como el que expone Fernando Roch: “[...] el precio no viene dado por el número de viviendas en el mercado sino por su localización dentro de ámbitos que todos reconocemos porque de lo contrario no influirían en el precio. Es algo bastante lógico y tan preciso como lo requiere la cuestión. Está claro que la mayoría de los ciudadanos que viven en una ciudad comparten una especie de mapa social de la misma. [...] Lo cierto es que las diferentes clases sociales tienden a distribuirse por los diferentes barrios o ámbitos de la ciudad según sus recursos, creando un mosaico social que se corresponde con un mosaico de precios de la vivienda. [...] No es obligatorio que las diferentes clases se repartan de esta forma en el espacio de la ciudad pagando por ello el precio necesario para que el escalón inferior quede excluido, pero lo cierto es que lo hacen y que se trata de una práctica social que tiene ya una considerable tradición histórica, y que parece de momento imposible de desarraigar. Ahí está la razón del precio, pagar lo que uno sí puede, forzando la propia capacidad, para excluir a los que no pueden aunque se esfuercen. Los precios resultantes de este mecanismo de exclusión y segregación que agrupa a los iguales son superiores a los de construcción. Ese exceso se lo queda el que puede, que normalmente es el que posee el suelo o la vivienda cuando los precios suben. De esta forma el precio del suelo es una resultante y no condiciona el precio de las viviendas.” [ROCH 2005] 

El mercado laboral capitalista

El análisis de Marx apunta a un mercado laboral de monopolio radical. La consideración del mercado laboral capitalista como un biodispositivo del tipo monopolio radical se apoya en varios tipos de observaciones. La primera procede de Marx cuando se niega a admitir que el precio natural de la fuerza de trabajo sea dictado por el juego de la oferta y la demanda: "El capital actúa sobre dos lados a la vez. Cuando su acumulación aumenta por una parte la demanda de trabajo, por otro aumenta la oferta de trabajadores a través de su ´liberación´, al mismo tiempo que la presión de los desempleados obliga a estos a rendir más trabajo, haciendo por tanto en cierta medida la oferta de trabajo independiente de la oferta de obreros. El movimiento de la ley de la oferta y la demanda sobre esta base completa el despotismo del capital [...] La superpoblación relativa es la base sobre la que se mueve la ley de la oferta y de la demanda del trabajo” [en MARTÍNEZ VEIGA 1995: 76]. La frase inicial lo sintetiza todo: el capital actúa a la vez sobre la oferta y sobre la demanda de trabajo, esto último a través de las variables demográficas ¿Cómo? Mediante varios instrumentos: "[...] los procesos de acumulación originaria (por proletarización forzada), movilización de los sectores latentes del ejército industrial de reserva (las mujeres y los niños), la migración (de las zonas rurales a las urbanas o de formaciones sociales precapitalistas como Irlanda) y la producción de superpoblaciones relativas por medio de mecanismos únicos del capitalismo. La acción directa de parte del capital o la acción tomada por el estado a favor del capital (cercamientos, etc.) se convirtió en el foco principal de su análisis de las fuerzas que regulan la oferta de la fuerza de trabajo. Además, aunque Marx no lo hace, podemos ver fácilmente que las políticas de población e inmigración puestas en vigor por el estado capitalista encajan en esta perspectiva del manejo global de la oferta de la fuerza de trabajo por el capital." [HARVEY 1990: 61]. El juego de oferta y demanda laboral se relaciona más con la demografía y otras variables biopolíticas que con la economía: así el empleo de mujeres y niños entra en la gestión de dicha superpoblación, forzando el desequilibrio entre oferta y demanda en beneficio del Capital.

 La medida del salario, el condicionante del consumo y el compromiso con la empresa.

 Si como ocurre con las mercancías que exigen invención ya no hay base de una referencia exterior objetiva para el cálculo del salario (o al menos sustentado en una extendida convención social como era la de la cantidad de tiempo trabajado), todavía es posible echar mano de un criterio más o menos objetivo para el cálculo del límite inferior de dicho salario, a saber, la subsistencia del trabajador . Pero existe un límite superior, no por no reconocido menos operativo en lo que se refiere a las grandes poblaciones, objeto entonces de una biopolítica: el salario no debería propiciar la acumulación del capital suficiente (del tipo que sea, de posición, de transformación o de intercambio) como para que el trabajador pueda adquirir autonomía social, económica o laboral: “[...] convertir a los empleados en cibernautas es hacerles libres e infieles o, al menos, ponerles en situación de serlo” [URRUTIA (2001)]. El tiempo mecánico es sólo una medida exterior de segundo orden de ese salario cuya referencia fundamental es lo que necesita ese trabajador para que siga trabajando dedicado en las condiciones que impone el Capital, es decir, para que permanezca en su condición de trabajador.
Por otra parte, y en la línea de este capítulo, también puede conseguirse el mismo efecto haciendo que el tipo y magnitud del consumo del trabajador (en virtud de necesidades inducidas) le condicionen el ahorro monetario, así como la distinción de conocimientos y habilidades o de buenas relaciones sociales para reinvertir en cualquiera de esos capitales. También debe contabilizarse la integración subjetiva del trabajador en el mecanismo general dispuesto por el Capital, su aceptación de ese territorio donde le compete jugar. Dos cualidades ha de tener el trabajador para que se le considere alineado con el objetivo de las empresas (es decir "[...] un crecimiento sostenible de valor para los accionistas"): que esté preparado y que éste motivado [KAPLAN y NORTON 2004: 38 y 60]. Ambas son componentes del capital humano y susceptibles de ser gestionadas por ciertos expertos. Adviértase también que junto a la preparación, objeto de una instrucción de tipo racionalista, es considerada en igualdad de condiciones la motivación, que ya es del orden de los afectos,. todo un síntoma de una doble tecnología: social y de la subjetividad.

Una perspectiva transversal y una mirada a nuestro tiempo

Los mercados no sólo funcionan monopólicamente (debido a las sustanciales diferencias entre las condiciones respectivas de la oferta y la demanda), sino que son monopolios radicales porque también hay control de la oferta; que se ejerce en los casos contemplados respectivamente mediante: la política de infraestructuras viarias; la ordenación urbanística; y la gestión demográfica (y de otros factores como la docencia en todos sus niveles), se resuelven en el fordismo mediante la actividad del Estado. En el posfordismo el Capital ejerce esas funciones cada vez más directamente sin la intervención estatal debido a la conversión en mercancías de segmentos crecientes de bienes necesarios para la existencia. Es el entero circuito producción-reproducción (trabajo-consumo) el que debe ser controlado como un motor productivo integrado.

•El dispositivo es al mismo tiempo económico y político (en el sentido de las prácticas de gobierno de las poblaciones). Simultánea a la producción mercantil hay una gestión de las condiciones de vida (creando escasez eliminando los recursos de autonomía personal no mercantilizados, incluyendo la producción de escasez de tiempo propio) en esos ámbitos que sucesivamente quedan fronterizos a la esfera de lo netamente económico que se expande sin cesar, y por tanto susceptibles de incorporarse a esa esfera de dominio directo por parte del Capital, transformándose en mercancías plenas (por ejemplo ahora los cuidados a los mayores).

•Abarca lo objetivo y lo subjetivo, el medio social colectivo y el medio interno al individuo; opera a la vez en el nivel no consciente, el de los hábitos automatizados, y en el consciente. El habitante del espacio urbano desparramado por grandísimas extensiones no puede considerarse a sí mismo, desde su subjetividad primaria de individuo, más que como automovilista. Por su parte las cabezas de familia (más o menos nucleares) o los individuos solitarios (como familias unipersonales) sólo entienden su habitación autónoma desde el modelo de la vivienda (o como se dice vulgarmente “el pisito”). De igual manera para el trabajador, como individuo desprovisto de medios de producción, el destino propio que concibe para sí es el de asalariado. Estas situaciones son características del fordismo, del cual ya es muy patente su declinación como modelo social y económico dominante. Y más cuando las grandes crisis económicas, energéticas, urbanas, sociales, medioambientales, inducirán importantes cambios en los ecosistemas social y de las subjetividades, en el modo en que son pensadas y enunciadas esas mismas necesidades que hasta ahora aparecían como naturales, igual que la manera de satisfacerlas, siempre de una sola manera.

Por lo tanto y en las condiciones actuales, la única manera de que cambie la sujeción a este modelo de intercambio (de monopolio radical) es mediante el desvelamiento del mecanismo de encierro mental y material que nos afecta; lo cual, ciertamente, no se producirá si no es rompiendo el aislamiento entre individuos, asumiendo como prioritaria la cuestión de las subjetividades colectivas. En los tres casos se comprueba la existencia de una numerosa población que queda excluida del espacio del mercado. Sin estudios empíricos es aventurado extraer conclusiones que validen lo que en este capítulo se propone como hipótesis de trabajo. Sin embargo la conexión entre exclusión social y libre mercado ha sido notada por otros investigadores; Carlos Gallego plantea la conjetura de que la escasez juega un papel central, partiendo de la premisa de que los bienes que se ofertan sean escasos para que adquieran un precio en el mercado y en definitiva para posibilitar su funcionamiento: "¿Querrá esto decir que, por tanto, para el funcionamiento del mercado, es necesario que no estén cubiertas todas las necesidades, ni siquiera las básicas, para toda la sociedad? [...] ¿Será indispensable para el mercado la existencia de individuos excluidos de ciertos consumos y bienes, para que éstos y el resto de los satisfactores, sigan cumpliendo su papel de bienes escasos y por tanto, sean considerados en el mercado y así tengan asignado un valor de cambio, además de su intrínseco valor de uso?" [GALLEGO 2000: 423]. Aparte de los casos específicos, de un modo muy general vemos como en la esfera del consumo también se extiende la fórmula del monopolio radical desde el momento en que el consumidor es también producido (producción de demanda), igual que las mercancías (la oferta).

Esto puede ser observado en terrenos más concretos, con sus importantes peculiaridades que sólo se explican por el uso de tecnologías muy específicas. Es el caso de la salud, donde se dan claramente fenómenos parecidos: los enfermos son fabricados al mismo tiempo que las medicinas apropiadas para ellos; no quiere decir esto que se produzcan enfermos desde el punto de vista biológico, más bien se trata de la construcción de una receptividad, con una alta dosis de condicionamiento subjetivo. Y sin que por ello sean descartables tácticas mucho más directas de producción biológica de la enfermedad. "La forma contemporánea de la dominación es, por el contrario, esencialmente productiva. [...] Por una parte, rigen todas las manifestaciones de nuestra existencia (el Espectáculo); por otra, administra las condiciones de ésta (el Biopoder)" [TIQQUN 2005: 29]. Esto nos remite a un rasgo que diferencia al posfordismo respecto a la época previa a la que se ha dedicado con preferencia este apartado. Se trata de que estamos abocados a la construcción de una nueva naturaleza en el mismísimo sentido en que se ha caracterizado ese ingrediente escondido pero fundamental del biodispositivo del (pseudo)mercado laboral fordista. En el momento en que declinan los antiguos factores de la diferenciación primaria (ilustrado por el ascenso del protagonismo laboral, social y político de las mujeres) nuevas diferencias surgen del medio territorial natural y social de nuestro tiempo y nuevos dispositivos, más vastos e integrados ponen toda la vida a trabajar. Una nueva naturaleza, en el cruce de lo artificial y de lo natural no-humano.

Por otra parte es de esperar la composición de dos tipos de tecnologías: la exteriorizada de los artefactos y por otro lado las tecnologías sociales y de la subjetividad (intratecnologías es decir sólo operadas por agentes humanos) en la medida en que éstas últimas se exterioricen; lo cual ya sucede con grandes fragmentos de la noosfera7 en el cibermundo. Podría tal vez concluirse, en este asomo brevísimo a lo que ocurre en el tardocapitalismo, que ya no hay tanto biodispositivos aislados, sino una red de ellos, constituyendo éste un rasgo distintivo en relación con épocas anteriores. La propia interacción mercantil hace que automáticamente las capas inferiores tengan que soportar unos sobrecostos desproporcionados para acceder a bienes y servicios elementales (por ejemplo en la vivienda actualmente), gravitando sobre ellos como una losa o incluso expulsándolos del mundo (capitalista) por ser considerados innecesarios. Y lo mismo acontece en el ámbito de la producción, donde la precariedad sume a cada vez mayor cantidad de gente en la ansiedad de la movilización permanente, cuando no son expulsados a la mera subsistencia de ese cuarto mundo parangonable en cierto modo con los pobres del tercero. Sin embargo todavía es pronto para concluir que es suficiente una autorregulación de la segmentación social vía mercado; serán quizá necesarios mecanismos de un orden sobreimpuesto para que eso funcione (el neofascismo implícito en la fórmula "democracia totalitaria"). Es decir, para que la escasez económica y social se mantenga.

La globalización capitalista alcanza a toda la humanidad, y con ella una extrema polarización social y un estrato inferior cuyas relaciones con los asalariados estables ya no son las del fordismo: “A la sombra de la globalización económica, cada vez más personas se encuentran en una situación de desesperación sin salida cuya característica principal es -y esto corta la respiración- que sencillamente ya no son necesarios. Ya no forman un ´ejército en la reserva´ (tal como los denominaba Marx) que presiona sobre el precio de la fuerza de trabajo humano. La economía también crece sin su contribución. Los gobernantes también son elegidos sin sus votos. Los jóvenes ´superfluos´ son ciudadanos sobre el papel, pero en realidad son no-ciudadanos y por ello una acusación viviente a todos los demás. También quedan fuera del mundo de las reivindicaciones de los trabajadores. ¿Qué son para la sociedad? ´¡Un factor de gastos!´” [BECK 2005]. Esto tiene una confirmación aterradora en un documentado libro de James Davis (en especial en el capítulo titulado "¿Una humanidad excedente?” [DAVIS 2007: 233 a 262]) sobre la situación del tercer mundo, donde ya no es posible hablar de marginación o exclusión sino de otro capitalismo, completo en todos sus detalles y hasta podría decirse "próspero", aunque todavía más brutal, mísero y miserable, donde ya no tiene sentido hablar de sumarse al progreso capitalista: “Mientras la elite viaja a su destino imaginario, a algún lugar cercano a la cima del mundo, los desposeídos descienden en espiral hacia el crimen y el caos” [ROY 2003].

En cierta manera recuerda esa instancia ajena al mercado laboral (pero no obstante productiva) que se mencionaba antes en relación con las mujeres y demás sujetos marcados. Pero ahora ya no tanto deudor de la pervivencia de relaciones sociales premodernas, sino en gran parte consecuencia de las políticas de las empresas trasnacionales y aparatos gestores del capitalismo global, como el Banco Mundial, más una variada cohorte de instituciones locales y hasta muchas ONG.